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Carrito

Durante la primavera y el verano nos sentimos motivados a desarrollar actividades al aire libre; los parques, plazas, playas, terrazas, pasan a ser nuestro mejor escenario para disfrutar y sentirnos bien. Esto sucede  porque el sol, comparado con cualquier otra fuente de energía del mundo, es vital, para los seres vivos. Más allá de los fines estéticos, como el obtener un atractivo bronceado, el sol,  tiene múltiples beneficios biológicos, si se toma en su justa medida, con las precauciones adecuadas.

El Sol, un agente protector.

Es importante tener en cuenta que la piel es la primera línea de defensa del organismo, y la luz solar tiene efecto en la modulación de nuestro sistema inmunológico, ya que ayuda a aumentar el número de glóbulos blancos, que son los encargados de protegernos contra infecciones.

El sol es un vasodilatador muy efectivo que aumenta la circulación de la sangre,  el metabolismo y la depuración de los tejidos.

Existen estudios que vinculan la luz solar con un efecto en aumentar la dilatación de los vasos sanguíneos y con ello contribuye  a mantener la presión sanguínea en valores normales.

El Sol, impacta en nuestro estado de ánimo

La luz solar, puede influir más en nuestro estado de ánimo que otros factores, tales como temperatura, lluvia o contaminación. Es común oír expresiones tales como “si está haciendo frio pero hay sol, me siento mejor que cuando esta nublado”, muchas veces, hasta relacionamos nuestros días tristes con un día gris y no es para menos, ya que la luz solar nos activa y promueve la síntesis de la serotonina, que es un  neurotransmisor, relacionado con el bienestar y la felicidad.

Los rayos solares son el sincronizador más importante de los seres humanos, en el mantenimiento de los ciclos de sueño/vigilia, cuando amanece y los percibimos, disminuye la producción de una hormona llamada melatonina, permitiendo mantenernos despiertos y en la noche sucede lo contrario, para lograr un sueño más profundo y reparador.

La Luz solar, un aliado para nuestra salud ósea

La exposición a la luz del sol, contribuye a la mineralización de huesos y dientes, promoviendo la síntesis de vitamina D, siendo que aproximadamente un 90% de ella, se obtiene gracias a esta exposición. 

La vitamina D contribuye a la absorción del calcio en el intestino.  El Calcio, es conocido como el “nutriente óseo”, pues constituye el mineral que apoya la estructura y rigidez del hueso. Sin embargo, se debe considerar que su absorción es dependiente de Vitamina D. 

Sin el suficiente aporte de calcio y vitamina D, no se forman adecuadamente los huesos durante la infancia, se pierde masa ósea en la vida adulta, derivando en debilitamiento de los mismos y las consecuencias que ello conlleva.

En nuestro país se ha investigado que hay un gran déficit de Vitamina D en la población adulta. Por eso es tan relevante evaluar los niveles de Calcio y Vitamina D en nuestro organismo.  

Por ejemplo, los expertos indican que, debido a la deficiencia de esta vitamina, se debe consumir 800 UI todos los días, para prevenir daños por caídas en personas mayores de 60 años. 

Ya sabes entonces, toma sol de la manera adecuada, disfruta de sus beneficios y complementa tu alimentación con un buen suplemento de Vitamina D y Calcio cuando lo necesites. 

¡Tu cuerpo te lo agradecerá!

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